Hace unos días leía un par de artículos publicados, casualmente, en dos diarios mexicanos. Ambos trataban de las lenguas en peligro de extinción, algo que probablemente en este país Norteamericano sea un grave problema a causa del secular abandono y marginación de las lenguas indígenas. En México son muchos los idiomas hablados, siendo el español solamente uno más, aunque, como señala certeramente Gonzalo Trinidad Valtierra en uno de los mencionados reportajes, “con la diferencia de que es la oficial. Aprovechan la retórica del Estado para hablar del carácter oficial, arbitrario en realidad, de algo que ni siquiera se puede ver o tocar”. Son, indica, “muchas lenguas conviviendo con la “lengua oficial”. El lenguaje dominante. Más tarde me enteré de que esas otras lenguas estaban desapareciendo. Se están muriendo, igual que los animales por la caza excesiva o el tráfico de sus pieles y sus marfil, o simplemente porque su hábitat desparece”.
Efectivamente, según estimaciones de la propia UNESCO “si nada se hace, la mitad de los 6.000 idiomas hablados actualmente desaparecerá a finales de este siglo. Con la desaparición de las lenguas no escritas y no documentadas, la humanidad no sólo perdería una gran riqueza cultural, sino también conocimientos ancestrales contenidos, en particular, en las lenguas indígenas”. Durante este último siglo han desaparecido alrededor de 400 idiomas, aproximadamente uno cada tres meses. En cualquier caso, no es este un problema que nos quede tan lejano. De hecho, en España según fuentes del INTEF (El Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado) dependiente del Ministerio de Educación Cultura y Deporte, las tres lenguas que están en esta situación son el aragonés, el asturiano y la lengua de signos catalana, siendo el primero el que se encuentra en una situación más vulnerable.
El proceso de extinción de un idioma suele alcanzar el punto de crisis después de ser desplazados por otro social, política y económicamente dominante. En este escenario, dicen los lingüistas que la mayoría de la población habla la lengua oficial, ya que ello es fundamental para acceder a puestos de trabajo, educación y oportunidades. Así, frecuentemente ocurre en las comunidades de inmigrantes que los padres decidirán no enseñar a sus hijos su lengua materna, al percibirla como un obstáculo potencial para el éxito en la vida. Pero, como indica Rachel Nuwer en un reportaje para la BBC “también ha pasado que los hablantes de lenguas minoritarias han sufrido una larga historia de persecuciones. También sigue teniendo lugar la persecución extrema. En agosto pasado, un lingüista en China fue arrestado por tratar de abrir escuelas que enseñasen su lengua materna, uigur. No se ha sabido nada de él desde entonces”.
Las guerras, genocidios, expulsiones étnicas, desastres naturales, enfermedades, la difusión de lenguas dominantes y prohibiciones oficiales para hablarlas, son las principales causas de la desaparición de las lenguas minoritarias. Según Gonzalo Trinidad “hay muchas razones para borrar el mapa a una lengua. Someter a un pueblo, desmoralizarlo, hacer de él nada más que un recipiente que reciba una cultura sin aportar nada a cambio. Destruir otras formas de entender el mundo no porque sean opuestas a la hegemónica; simplemente porque no pueden convivir visiones divergentes en un mundo estandarizado”.
Analicemos algunas de las causas arriba mencionadas. Para ello nos ayudaremos del artículo de Mario D. Camarillo Cortés en el diario “La Crónica de Hoy”:
¿Pero por qué es importante que una lengua hablada por unas pocas personas en un rincón aislado del mundo no deje de existir? Rachel Nuwer se hace esta pregunta y se responde invocando a varias razones:
Son estas razones las que están impulsando a lingüistas de todo el mundo a luchar por la preservación de estas lenguas que estás desapareciendo tan rápidamente. “Sus esfuerzos”, señala Rachel Nuwer, “incluyen hacer diccionarios, registrar historias y tradiciones, y traducir las historias orales”. Pero, concluye, “sin hablantes o personas interesadas en revitalizarlos, sin embargo, estos esfuerzos son como la preservación de las lenguas como piezas de museo”.
FUENTES: UNESCO, INTEF, LA CRÓNICA DE HOY, EL CAMBIO DE MICHOACÁN, BBC
Leave a reply
Disculpa, debes iniciar sesión para escribir un comentario.